sábado, 15 de octubre de 2011

Ighil M'Goun

La región del Atlas Central está suficientemente aislada para que haya que disponer de al menos una semana para hacer un trekking de cuatro o cinco días incluyendo la ascensión a la cumbre del Ighil M'goun, pero por fin pudimos juntarnos cinco tipos dispuestos a ir allí a finales de septiembre. Me llevé la guía "Moroccan Atlas - The Trekking Guide" escrita por Alan Palmer, y un mapa de la zona. El 24 de septiembre de 2011, mis compañeros salieron de Melilla y yo de Ceuta, nos pasamos el día conduciendo cada uno por su lado hasta nuestro punto de encuentro en el hostal L'Eau Vive de Bin-el-Ouidane. Al día siguiente partimos hacia Azilal, paramos para comprar algunas cosas en el zoco y continuamos hasta Agouti, a donde llegamos a la hora de comer y nos instalamos en el albergue Chez Ali. Allí mismo contratamos un mulero para no tener que cargar con grandes mochilas hasta el refugio de Tarkeddid, y por la tarde fuimos a investigar un poco por los alrededores, adentrándonos con los coches hasta donde termina la pista y comienza el sendero que lleva a las montañas. Para nuestra sorpresa, al llegar a Aït Saïd vimos el supuesto pequeño albergue Tamazirt, que en realidad es bastante grande y nuevo, pero estaba cerrado, aunque enseguida encontramos al dueño, que nos lo enseñó, y con el que acordamos alojarnos allí a la vuelta. Además resolvimos dejar los coches en el albergue a la mañana siguiente y comenzar la caminata desde allí. Y así, al tercer día, por fin nos adentramos en el macizo del Alto Atlas Central andando por un camino que atraviesa Arous, cruza el río y poco a poco va ganando altura.

Tardamos unas dos horas en llegar a Azib N'Ikkis, el último núcleo de población en nuestro camino hacia la cumbre, ubicado en una bonita planicie con las montañas al fondo.

Éste suele ser el lugar de acampada para aquéllos que comienzan el trekking en Tabant y quieren dividir en dos jornadas el recorrido hasta el refugio de Tarkeddid.

Nosotros elegimos continuar de un tirón hasta el refugio, y comenzamos la ascensión hacia el collado de Tizi n'Oumskiyq (2909 m).

El camino comienza ganando altura progresivamente, pero poco a poco la pendiente va aumentando.

El camino se va haciendo más abrupto y comienza a zigzaguear entre grandes bloques de roca.

Pero poco a poco vamos llegando al final de la primera parte de la ascensión de este primer día.

En el collado encontramos bastante gente descansando y comiendo, pero nosotros preferimos parar un momento, tomar algo ligero y continuar subiendo.

Tras un pequeño descanso disfrutando de las vistas desde el Tizi n'Oumskyq afrontamos lentamente la segunda parte de la ascensión, muy progresiva, que nos llevaría al Aghouri Est (3400 m).

A partir de aquí ya teníamos a la vista, a nuestra izquierda el Ighil M'Goun y ante nosotros la meseta de Tarkeddid (2900 m), a donde teníamos que descender para pasar la noche.

Siguiendo un camino muy pedregoso enseguida avistamos el Refugio de Tarkeddid, a donde llegamos en poco más de una hora.

En la meseta había alguna gente que había acampado cerca de una fuente de agua y del refugio, a los pies del Ighil M'Goun.

Nosotros nos quedamos en el refugio, un alojamiento recién arreglado, bastante confortable, y especialmente recomendable cuando las condiciones meteorológicas se ponen feas, como pudimos comprobar el último día que pasamos allí.

En nuestro segundo día de trekking salimos al amanecer en dirección a la cumbre del Alto Atlas Central, con algunas dudas sobre el camino correcto, que al principio no es muy evidente.

Pero tras una hora de ascención, y siguiendo la referencia de las montañas que teníamos delante, encontramos una senda bastante clara, que resultó ser la buena.

Ahora todo parecía más claro, y a pesar de la altitud subíamos a buen ritmo aprovechando que el sol aún estaba oculto detrás de las montañas y la temperatura de la mañana era fresca.

Cuando el sol empezó a darnos de lleno aún nos quedaba media ascensión, y dejábamos tras nosotros unas vistas impresionantes de la meseta de Tarkeddid empequeñecida por las montañas que la rodean.

Sin embargo, delante solo veíamos cuestas que nos acercaban hacia un collado muy prometedor.

Al llegar al collado, ya casi a 4000 m el escenario era impresionante, sobre todo al llegar al borde del circo que empezamos a rodear para llegar a nuestro objetivo.

El primer tramo rodeando el circo es un poco delicado y requiere concentración, pero al llegar al final y mirando hacia el Sur había una vista panorámica que alcanzaba hasta el desierto del Sahara.

Hacia el Este podíamos ver las marcas que indican el camino que conduce a la cumbre y la silueta de la cresta que gira hacia el Nordeste.

Hacia el Oeste podíamos ver en primer término el camino que viene del Tizi-n-Iquandoul y el Adrar-n-Nig Oumassine (3883 m), y tras ellos el Adrar Tarkeddid.

Y hacia el Noroeste teníamos ante nosotros la ladera del M'goun W. (3978 m) que cae al fondo del circo, y ese primer tramo del camino que lo rodea, muy bien marcado, atravesando una pedrera, y con un patio que dejó a Luis un poco impresionado, aunque seguía al resto del grupo caminando como un zombi.

Con Luis recuperado del susto, continuamos rodeando el circo con una suave ascensión, pasando primero por otro pico, el Ighir-n-Taghourt (4008 m).

Seguimos cresteando por encima de los 4000 metros en lo que parecía un paseo por la luna.

Afortunadamente el tiempo era magnífico y no soplaba el viento, por lo que la caminata era muy relajada.





Después de unas dos horas llegamos a un cruce de caminos que hay justo antes de la rampa final que conduce a la cumbre del Ighil M'Goun.

Al llegar al Jbel Oumsoud (4068 m), que es el pico más alto del Ighil M'Goun, hay una impresionante vista panorámica de 360º, verdaderamente espectacular, en la que pudimos observar todo el recorrido que acabábamos de hacer bordeando el circo.

 el valle Oulilimt al oeste, el valle de Arous y Aghouri Est al norte, el Anti-Atlas al Sur...







Tras disfrutar de la cumbre durante algo más de media hora, comenzamos nuestro regreso por el mismo camino de la ida, disfrutando más si cabe de ese tramo bastante largo y aéreo por encima de los 4000 m. 

Con la satisfacción de haber logrado algo que superaba nuestras expectativas, fuimos descendiendo hacia la meseta de Tarkeddid, mientras las montañas cambiaban el color con la caída de la tarde.

Aunque durante el descenso empezaron a verse algunas nubes amenazadoras y se levantó una leve brisa, no llegó a formarse ninguna tormenta, y llegamos al refugio tranquilamente.

El tercer día decidimos dedicarlo a caminar hacia el Sur, donde la meseta termina y el río va formando una garganta cada vez más angosta.

















La tarde nos deparó un rápido cambio de tiempo. Una de esas tormentas habituales en la zona en las tardes de verano se formó rápidamente y descargó nieve en las cumbres y aguanieve en Tarkeddid, lo que provocó que la mayoría de gente acampada en la meseta acabara poniéndose a cubierto en el refugio.

Al siguiente día, el cuarto de nuestro trekking, abandonamos el refugio después de desayunar, iniciando el regreso a Aït Saïd con la ascensión al Aghouri Est.

Desde su cumbre pudimos ver como la nieve caída la tarde anterior aún cubría las cumbres que rodean el circo del Ighil M'Goun, por donde habíamos estado un par de días antes.

Dejamos atrás Tarkeddid y el Ighil M'Goun, descendiendo rápidamente hacia el Tizi n'Oumskyq.

Paramos un momento para admirar de nuevo el panorama, y continuamos el descenso, ahora hacia Azib N'Ikkis, cruzándonos con otros montañeros que empezaban lo que nosotros estábamos terminando.





Finalizado el trekking, decidimos regresar a Bin-el-Ouidane dando un rodeo por la carretera que lleva a la Catedral de Roca.











Dormimos en Bin-El-Ouidane, al lado del río, en el mismo hostal en el que habíamos estado a la ida, y al día siguiente bajamos juntos hasta Beni Mellal, en donde nos separamos, regresando cada mochuelo a su olivo, a la espera de otra oportunidad para escaparnos a algún otro rincón perdido por ahí.